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Y es así como las cosas suelen suceder, me siento aquí mirando a la unica manifestación natural que me lleva lejos, el atardecer.
Pasaron años en los que estube dormida, dentro de ti, esperando a que te dieras cuanta de que no valias nada, que no eras lo suficiente para yo-no-se-quien-o-que, y así tomo tu lugar, tus acciones, emociones, tu cuerpo me pertenece por completo aunque tu no lo quieras; Mi mano dibuja el viento que pasa, con su tono rojizo, absorve todo de él, despojandote de penas y frustraciónes oporiferas como lo que siempre te a rodeado. ¿Y ahora que nos queda?
Nada
El deseo en el horizonte de una cierta vida mejor, de un mundo que no hemos visto aun, que nos aguarda que los brazos extendidos, abierto, ansioso de vernos llegar y chuparle hasta la ultima gota de satisfacción, por que eso fue lo que siempre quizimos....más bien quiziste....tu y nadie más que tu. La loca sentada en los roquerios frente al mar, llenandote de frio y sal, deseaste caminar sobre el liquido con calma para llegar hasta el otro lado, esperando ver el borde y saltar; Tu la antisocial conocida por todos pero amada por nadie, guardate las olas para ti, los terremotos, mareas, tormentas y lluvias, por que al final yo fui tu titere placentero, el incansable compañero en soledad que te dibujo el mundo de un tono carmesí y ámbar platinado. Y así me pagaste.
Me cuesta esconder, aquello, lo nuestro, lo que nadie sabe ni debe saber.
Tu y yo, la misma persona, la misma mente, la misma alma que le pertenece a los rios con vista al mar.
